Hace poco más de una semana tve ofreció este clásico de John Wayne que narra las peripecias de un minero buscador de oro (Wayne), quien ha de de partir hacia Seattle y traer de vuelta a Alaska a la novia de su mejor amigo (interpretado por Stewart Granger) para que ambos puedan casarse. Sin embargo, cuando llega a la ciudad, George Pratt (Wayne) descubre que ésta ya ha contraído matrimonio. Para quitarle hierro al asunto, George regresa a Alaska con Angel (Capucine), una hermosa francesa que éste conoce en un saloon.
Alaska, tierra de oro posee ese encanto característico de los grandes clásicos que nos hacen disfrutarlos una y otra vez. Con una estupenda combinación de aventuras, humor y romance, esta película de Henry Hathaway es una elección adecuada para pasar dos horas de entretenimiento asegurado, permitiéndonos desconectar de los problemas del día a día.
Los paisajes son espectaculares, sobretodo el que envuelve los alrededores de la mina en la cual trabajan nuestros protagonistas. Una sensación de paz y tranquilidad inunda al espectador, relajándolo y haciéndolo desear poder teletransportarse en el tiempo y en el espacio para llegar a dicho lugar. No obstante, lo cierto es que tal quietud no dura mucho, pues la película no es precisamente tranquila. Enseguida regresa el movimiento y ajetreo propios de los westerns.
Por su parte, John Wayne no nos defrauda. Aunque quiera impresionarnos con su faceta de tipo duro, un gran corazón late debajo de su pecho. Un corazón que siente celos cuando su amigo tontea con Angel, aún cuando asegura que ella es solamente una amiga. Mala forma de autoengañarse, John... así puedes perderla...
En fin, animo a todos a verla, pues no creo que os decepcione. Como ya comenté, las dosis de acción y humor están aseguradas, y os harán disfrutar a lo largo de dos horas.
2 comentarios:
¡Otras! ¿ves también cine de verdad?.
Eso si que eran películas y actores duros de verdad, jajajaja.
De vez en cuando toca!!! jajaja Qué picotero eres cuando quieres!!!!
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