viernes, 23 de diciembre de 2011

El Milagro de Ana Sullivan



Título: El Milagro de Ana Sullivan
Título original: The Miracle Worker
Director: Arthur Penn
Intérpretes: Anne Bancroft, Patty Duke, Victor Jory, Inga Swenson, Andrew Prine
Guión: William Gibson
Producción: Fred Coe
País: EEUU
Duración: 106 minutos
Año: 1962
Género: Biografía / Drama










A todos los padres que lean esta entrada: si creéis que es difícil criar a un hijo, es que no habéis visto esta película. Su protagonista es Ana (Anne Bancroft), una maestra que acude a casa de la familia  Keller con la misión de lidiar con la problemática Helen (Patty Duke), una niña que no sólo es revoltosa, sino que también padece ceguera, sordera y mutismo. Todo un cromo. Y la cosa no queda ahí; sus padres le consienten tanto que el pronóstico de la niña no es muy esperanzador. Sin embargo, Ana pondrá toda la carne en el asador para tratar de (re)educar a Helen.


A simple vista, los métodos empleados por Ana pueden parecer un tanto extremos, y tal vez un selecto grupo de población se quede horrorizado ante el ""sufrimiento"" de Helen. Pero, señores, la compasión y la excesiva permisividad a una niña con una deficiencia no es la mejor solución (como tampoco lo es si no padeciese ningún tipo de minusvalía). Que Helen no es tonta y pronto se da cuenta de la libertad y atención que sus padres le otorgan, hecho que, lejos de eliminar las conductas más disruptivas de la niña, las refuerza. Y si no, basta ver una escena en la que la muchacha pincha a Ana con un alfiler y la reacción de la madre es abrazar a la niña. Como cabe esperar, la cara de la maestra es todo un poema y pregunta a la señora Keller porqué ha premiado esa conducta. La susodicha alude a las deficiencias de la niña como justificación.


No obstante, tampoco penséis que la única metodología empleada por Ana es el castigo, pues, si su objetivo es reeducar a Helen eliminando conductas desadaptadas e implantando o potenciando las adaptadas, el refuerzo también juega un papel muy importante; es decir, premiando a la joven por las cosas que hace bien.


Puesto que la niña es incapaz de hablar y oír, el primer objetivo de Ana es que sea capaz de comunicarse con las manos, deletreando las palabras. Para ello, la maestra utiliza la imitación: coge la mano de Helen y hace que toque las suyas mientras deletrea una palabra. Después, la niña lo repite. ¿Cuál es el problema? Que el hecho de repetir las palabras no quiere decir que Helen haya comprendido su significado; de hecho, no es capaz de asociar dicha palabra con el objeto al que se refiere. Y, ya lo dice Ana: "la obediencia sin comprensión también es ceguera". Por ello, la joven maestra pondrá cuanto esté en su mano para poder educar a la niña.


Además de ser una buena forma de entretenerse, creo que la visualización de esta película resulta altamente educativa para todo el mundo, no sólo para especialistas en la materia o padres hartos de lidiar diariamente con sus hijos.
La actuación de Anne Bancroft es estupenda, y Patty Duke tampoco se queda atrás en su papel de niña sumamente revoltosa y consentida. Enormemente merecidos fueron los Oscar que ambas se llevaron.


Dicho todo esto, recomiendo encarecidamente esta película. Datada de 1962 y rodada en blanco y negro, 'El Milagro de Ana Sullivan' es una película que no ha quedado para nada obsoleta. Las técnicas utilizadas por Ana están presentes en nuestros días, demostrando una gran eficacia si todas las personas implicadas siguen las mismas pautas. Si unos reforzaran y otros castigaran... otro gallo cantaría. Sería una educación incongruente que no haría otra cosa que confundir aún más al niño.
Creo que se me nota bastante que coincido con este tipo de método, pero tampoco pretendo que todo el mundo piense como yo. Simplemente digo que no podemos estar continuamente contemplando a los niños, acudiendo a su llamada siempre que lloran o rodeándolos de algodón. Un niño ha de caerse, hacerse daño y darse cuenta de que sus lloros no siempre van a ser atendidos por sus padres. No quiero que penséis que soy una sádica, ni mucho menos, pero, ¿realmente pensáis que hay que estar continuamente prestando atención a los niños? ¡A ver quién es el guapo que logra después separarse de ellos! Luego van al psicólogo porque el niño tiene ansiedad de separación... (¡eh! ¡mejor para nosotros! jajaja)

3 comentarios:

CIMAFERMIN dijo...

MIRA TU POR DONDE, HACE MUCHO QUE NO VEO UNA PELI EN BLANCO Y NEGRO Y ESTA ES UNA BUENA OPORTUNIDAD.
QUE PASES UNA FELIZ NAVIDAD

Andrea dijo...

Yo creo que esta te gustará :)

FELIZ NAVIDAD A TODO EL QUE ME LEA!!!

Anónimo dijo...

No recuerdo haberla visto, Parece interesante, si señor. Ha bra que verla un dia de estos.

saludos de Alberto,