jueves, 3 de marzo de 2011

Buried (Enterrado)


Intensa y asfixiante a cada segundo que pasa, Buried demuestra que no son imprescindibles ni un numeroso elenco de actores, ni efectos especiales, ni siquiera más de un escenario, para provocar en el espectador una sensación tan agónica. De hecho, no es que la plantilla de actores sea escasa, sino que solamente cuenta con uno, Ryan Reynolds (bueno, y una chica que aparece en un vídeo durante pocos segundos), que sufre de lo lindo durante hora y media que dura la película, encerrado en un ataúd bajo tierra. Éso será todo lo que veamos.

Muchos de vosotros pensaréis que será un film lento y aburrido. Nada más alejado de la realidad. Para bien o para mal, aburrida no es, y con esto me refiero a que puede no gustar por la angustia que provoca, pero no por resultar un rollo patatero. A mí me impactó realmente; tanto que, cuando terminé de verla, me quedé quieta en el sofá intentando asimilarla. Estaba en una especie de estado de shock. Sin embargo, me gustó. Tal vez haya algo de masoquista en mí, pero como ya comenté una vez, una de las cosas que más aprecio de una película, es esa capacidad de calar tan hondo en el espectador. Y vaya se Buried lo hace...


Con respecto al argumento... es bastante sencillo, pero algo más complejo de lo que aparenta en un principio. Paul Conroy (Reynolds) es un transportista norteamericano que está de servicio en Irak. Tras ser atacado mientras realiza su trabajo, Paul pierde el conocimiento, y cuando despierta se encuentra con que está encerrado en un ataúd, sin más recurso que un móvil (¡con cobertura! pero no ha sido un descuido, eso seguro), un zippo, una navaja y una linterna, pero no ha sido un descuido del director Sus secuestradores le dan un plazo de 90 minutos para obtener cierta cantidad de dinero y así pagar su rescate.

Obviamente, si el único escenario que se ve en todo la película es el ataúd, todo lo ocurrido previamente no se muestra visualmente, pero sí que se nos ofrece una explicación detallada de ello que nos pone en situación.


Alguno que yo me sé podría hacer una interpretación psicológica del film, aludiendo no necesariamente a una claustrofobia, pues resultaría algo demasiado superficial, sino más bien a los momentos de la vida en los que parece que todo se nos viene encima, impidiéndonos respirar y oprimiéndonos el pecho con una angustia que parece no tener fin. Bueno, sería un análisis plausible, pero dudo mucho que el director de la película tuviese en mente tal idea. Por los comentarios que hace en el "making of" no parece que quisiese reflejar esta metáfora, pero vaya usted a saber..."impossible is nothing!"
Lo que quiero decir es que no siempre se requiere hacer una evaluación tan profunda para captar la esencia del film. A veces ésta se encuentra en la superficie y no es necesario bucear tan profundo para disfrutar de una buena película.


Personalmente, os la recomiendo. Pero os advierto de que se pasa bastante mal, y ya sabéis...el que avisa no es traidor.

4 comentarios:

Jose Luis dijo...

Tiene buena pinta, pero donde esté la Mamba Negra aplicando el entrenamiento de nudillos de Pai-Mei, que se quite todo. Jajaja, Tarantino forever.

Andrea dijo...

jajajajajaja Eso fue un poco fantasma eeeeeeeh! jajajaja Pero anda que no mola! :D

CIMAFERMIN dijo...

Curiosa pelicula, pero para ver una vez y no mas.
Si quereis tener mas sensación de angustia os recomiendo ver "El Santuario"

Andrea dijo...

Esa sí que cuento con verla, pero...de verdad es más angustiosa que estar en un ataúd? jejeje bueno, tú viste las dos así que...ya daré mi opinión cuando toque ;)